Sobre mí

La emoción está es la raíz de mi oficio, transmitir sensaciones a través del gesto y del cuerpo.
Si no fuera ceramista sería recolectora de plantas, piedras o maderas. Vivir cerca de la naturaleza es una necesidad, acentúa la curiosidad y la capacidad de observación.
Cosechar tierras, lavar cenizas, respetar los tiempos de cada tarea.

Valle García, Alma y manos de Historias de tierra.

Miramos un plato, acariciamos un cuenco, saboreamos la receta, olemos su salsa… Todo pasa por una emoción compartida.

El punto de partida es una reflexión conjunta entre el cliente y la ceramista. El mejor escenario para crear es esa conversación previa.